por Fernando Martínez Heredia (Cuba)
Hoy enfrentamos numerosos problemas, pero tenemos muchos avances y existe una cultura de rebeldía acumulada.
Cinco siglos de colonización y subordinación al capitalismo mundial en América Latina y el Caribe han producido un complejo de dominación que estamos obligados a conocer muy bien, para poder destruirlo y superarlo, y que no pueda renacer y reproducirse bajo nuevas formas. La reproducción con cambios de la dominación burguesa e imperialista tiene una historia, que es la de las reformulaciones de su hegemonía. Para ser eficaz, siempre se ve precisada a incluir partes de lo que estuvo excluido, tiene que utilizar una parte de los símbolos y de las demandas de las rebeldías que han combatido a su dominación. Tenemos que recuperar la historia de las revoluciones y de las luchas rebeldes, la historia de las resistencias múltiples y diferentes a las diferentes formas de dominación sociales y humanas que han formado un todo finalmente con la dominación del capitalismo, y que encuentran su último sentido y su capacidad de mandar o de sobrevivir en esa dominación capitalista. Pero también nos es imprescindible recuperar la historia de las adecuaciones y las subordinaciones de las sociedades y las personas a la dominación y conocer el entramado de formas en que esa subordinación sucede, ver cómo se teje una y otra vez el dominio, identificar los cómplices y las complicidades, que van desde los criminales, las empresas y los gobernantes corruptos hasta una parte de las actividades, las motivaciones y las ideas de nosotros mismos.
Me toca entonces escoger solo algunos temas y mencionarlas. Ante todo, llamo la atención sobre la colonización mental y de los sentimientos. Nuestro continente ha sido un teatro privilegiado de la mundialización del capitalismo. Cometió genocidios, ecocidios, destrucción de culturas, los mayores traslados de poblaciones para su explotación como trabajadores, pero también surgieron aquí nuevas sociedades que han combinado culturas muy disímiles y que han elaborado identidades de grupos y nacionales nuevas. América Latina y el Caribe han utilizado las revoluciones para darse identidades nacionales propias y Estados republicanos desde hace más de dos siglos, inclusive comenzó por la más grande y victoriosa revolución de esclavos de la historia, la haitiana, que venció a las grandes potencias y proclamó una Constitución más avanzada que la famosa de los EE.UU. Pero también ha sido nuestro continente el primero en sufrir la neocolonización, forma fundamental de la expansión mundial del capitalismo maduro. continuación del texto
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